Tweet
El gobernador republicano Henry McMaster era el único que podía salvarlo, convirtiendo su pena de muerte en perpetua. Owens había matado a la empleada de un comercio en 1997, en un robo del que se llevó 37 dólares. Debió elegir la forma de morir, entre inyección letal, pelotón de fusilamiento o la silla eléctrica. Leer más